martes, 4 de diciembre de 2007

Entrevista con Antonio Brack Egg“Existe un patriotismo hipócrita”

REVISTA RUMBOS - EDICIÓN Nº 50

La problemática ambiental es analizada en sus principales aspectos por el reconocido ambientalista y consultor permanente de las Naciones Unidas

Por: David Roca Basadre

Rumbos: Doctor Brack, ¿qué ocurre con el tema de las concesiones forestales? ¿Qué es lo que no funciona allí?

Antonio Brack: Se han otorgado 7 millones 500 mil hectáreas en concesión. Este es un sistema sostenible si se cumple con los planes de manejo, porque antes se extraía madera de cualquier parte sin manejo alguno. Se necesita tener un plan de manejo y se puede obtener una certificación forestal internacional. Sin embargo, esto no funciona bien por un asunto de moralidad por parte de varios concesionarios, que comercializan madera que compran sabiendo que ha sido extraída de lugares no autorizados y que no han sido concesionados o provienen, por ejemplo, de áreas naturales protegidas o reservas, por deficiencias en la supervisión del Inrena en algunos casos, por escasez de recursos, en otros por corrupción. Las guías aparecen como aprobadas y la madera ilegal es blanqueada. Por ejemplo, un alto porcentaje de la madera que se procesa en Pucallpa es blanqueada. La Policía Ecológica cuenta con muy pocos efectivos y no tiene fondos para control, tampoco.

R: La depredación de los bosques es un problema muy serio. ¿Qué puede agregar sobre esto?

AB: Se ha talado cerca de 10 millones de hectáreas sólo para ampliar la frontera agrícola en la amazonía peruana. Actualmente, 8 millones de estas tierras intervenidas están sin uso agropecuario. El origen de esto está en la misma legislación peruana, que es muy perversa y ello desde hace más de medio siglo. Se otorga propiedad sobre la tierra, mas no sobre el bosque y hay que talar éste para acceder a la propiedad de la tierra. Y así, se sigue talando para lo mismo, un promedio de 250 000 hectáreas cada año. Es un crimen de lesa humanidad lo que está ocurriendo. Se debe aprovechar la riqueza forestal, eso es mucho más productivo.


Los bosques secos de la costa son objeto de gran depredación para obtener carbón, además. Entre 7 mil y 10 mil hectáreas de bosques son depredadas anualmente en el departamento de Lambayeque y sólo en Piura se talan alrededor de 12 mil hectáreas de bosques secos cada año, por acción del hombre. Se trata en su mayor parte de algarrobo. Cada vez que comemos pollo a la brasa, estamos contribuyendo a la destrucción de los bosques secos, pues es en las ciudades y para casos como ese que se comercializa el carbón. Hay vedas sí, pero no hay control estricto en las carreteras, y las guías de transporte forestal son en parte falsificadas. Nadie hace escándalo por esto, porque hay grupos con mucho poder que lucran con la comercialización del algarrobo. Nuevamente es un tema de moralidad, de recursos y de legislación más adecuada.
R: Esto nos lleva al tema de las plantaciones de coca, que es parte del proceso depredador del bosque...

AB: La coca es rentable porque su precio en el mercado ilícito es alto. En zonas como Juanjuí, Ucayali, se cultiva cacao orgánico con una rentabilidad parecida a la de la coca y está a cargo de ex cocaleros. Y sin embargo, la palma africana, por ejemplo, que se está sembrando también, puede rendir en 5 hectáreas hasta 25 mil nuevos soles al año a una familia. El actual alcalde de Boquerón, en Padre Abad, que antes fuera dirigente cocalero y de los duros, ya no quiere saber nada del asunto y se dedica a sus lucrativos cultivos de palma africana. He encontrado cambios claros en la actitud de los agricultores, pero aún quedan zonas dominadas por el narcotráfico como Monzón, Tocache y VRAE. La coca es un cultivo que rinde en suelos pobres, pero existen también cultivos alternativos muy interesantes para esas zonas.

R: La minería es uno de los temas ambientales más álgidos. ¿Qué debemos hacer ahí? Hay el caso de La Oroya, que es visiblemente grave.

AB: Es un tema que hay que poner en su verdadera dimensión. Antes de 1993 no existía una legislación minera adecuada. Es ese año, durante el gobierno de Fujimori, que se introducen los temas de responsabilidad social y cuidado ambiental en la ley. Es por eso que hay que separar el tema entre antes de 1993 y luego de ese año. En La Oroya, para tomar su ejemplo, toda la culpa se la echan a Doe Run, que opera desde 1996, pero existen pasivos ambientales que son producto de los trabajos de las empresas que estuvieron allí antes, incluyendo a la estatal Centromin.
R. Pero, cuando se adquiere una concesión minera, ¿no se asumen también los pasivos?

AB: Claro, pero los que están en las zonas de excavación, no los de las antiguas zonas de explotación, eso ya es responsabilidad del Estado. El mayor descuido en el Perú es por parte del Estado, que por decenios no se ha preocupado de tener una minería limpia y ha permitido contaminar amplias zonas y comprometer la salud de las personas y comunidades. Existen 610 pasivos ambientales de minas abandonadas y es el Estado el que falla al permitir que subsistan los pasivos ambientales. Hay demasiada indiferencia de los sectores como el Ministerio de Salud, que debería intervenir más activamente a través de Digesa; también el Inrena, y las demás entidades del Estado concernidas.
Se necesitan 250 millones de dólares, al menos, para solucionar todos los pasivos ambientales originados por las actividades extractivas. Obtener esos fondos es un problema grande.

Mientras tanto, se debe ser muy estricto con los estudios de impacto ambiental y los Programas de Adecuación y Manejo Ambiental, que son instrumentos nuevos que deben garantizar el desarrollo limpio de estas actividades. El tema central en minería es tener una minería limpia, con responsabilidad social, y todos tenemos que trabajar para llegar a ese objetivo. El tema de “no a la minería” es una ilusión, y conduce sólo a conflictos.

R: Pasando a otro punto, en el tema del calentamiento global, pareciera que nadie o pocos se dieran por enterados en el Perú. Hubo, por ejemplo, hace un mes un encuentro de alcaldes de grandes ciudades en Nueva York sobre el tema, y el alcalde de Lima no fue y no sabemos si mandó a alguien.

AB: Es que aquí no se piensa nunca en el largo plazo. Los períodos electivos son de cinco años y los políticos cuentan eso, mirando a las próximas elecciones. No existe previsión para el planeamiento estratégico. Pienso que, por ejemplo, debería haber aquí un panel similar al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, para trabajar en el Perú el tema y que esté conformado por representantes de los organismos del Estado pertinentes y representantes de la sociedad civil, para prever las consecuencias del cambio climático aquí. Anticipar el tema y ver qué se hace. Un panel así debería, también, explorar los beneficios eventuales del cambio climático para aprovecharlos.

De hecho, el cambio climático ya está en el Perú, la deglaciación de los nevados es una realidad visible. Lo que es grave porque compromete el aprovisionamiento de agua que entre nosotros mayormente proviene de los glaciares.

R: El agua es un tema vital. Y la contaminación de los ríos gravísima. ¿Qué podemos hacer?

AB: Es un asunto en el que todos somos responsables. Y que puede solucionarse. Vea el caso del río Rímac. Se puede y debe incrementar las tarifas del servicio de agua potable. Actualmente, 1 metro cúbico de agua potable, que son 1 000 litros, vale la mitad de una botella de cerveza. Si se incrementara en dos céntimos por metro cúbico de agua, se podría obtener un fondo para manejar la cuenca del río Rímac y recuperarla. Se podría desarrollar trabajos de reforestación, también. Lima puede asegurarse mediante ese pago por servicios ambientales la posibilidad de tener agua barata y limpia. Recordemos que no se paga por el agua, sino por los servicios para atender su distribución.

Además, cada día se arrojan 370 mil metros cúbicos de aguas servidas al mar, agua que se puede fácilmente reciclar. De hecho, hay ejemplos de instituciones que deben manejar grandes áreas verdes y que se han ahorrado cientos de miles de soles usando aguas servidas recicladas. Esto se puede hacer en toda la costa y en todo el país, y el reciclar aguas es una necesidad urgente.

R: Todo esto nos lleva al tema de la educación ambiental. ¿Cómo debemos desarrollar esto?

AB: Los temas que hay que trabajar principalmente son los que siguen y en el orden que le digo. Primero, el agua. Hay 1 832 municipalidades en el Perú, de los cuales 1 827 arrojan sus aguas sucias al ambiente sin cuidado. Ocurre en Lima, en Trujillo –que las arroja por Huanchaco– y en muchas otras ciudades. Lo hacen las autoridades, ¡qué decir de la población!
Segundo, la disposición de residuos sólidos. Este es un país muy sucio donde no se ha planificado bien este tema y los residuos se arrojan al ambiente.

Tercero, los bosques y todo lo que hemos hablado antes.
Cuarto, la contaminación del aire en las ciudades, que es dramática. La absurda importación de autos usados promueve la contaminación por el uso de combustible diésel. Esta ha sido la medida más estúpida que pudo darse, la de permitir que se importen autos viejos que nadie quiere en sus países de origen.

Quinto, y lo digo en quinto lugar, las actividades mineras.

¿Cómo se debe educar? Utilizando los medios masivos de comunicación, el poder de convocatoria de los gobiernos locales, la educación formal pública y privada – trabajando mucho con los maestros– y todos los medios posibles. En ese sentido, el objetivo 6 del Proyecto Educativo Nacional, que se refiere a la sociedad educadora, debió ser más amplio.
Entre nosotros, hay que decirlo, existe un patriotismo hipócrita. Se saluda a la bandera, se habla de los héroes, pero nuestro suelo patrio no lo cuidamos. Pues bien, ese debe ser el objetivo patriótico de la educación ambiental.

R: El tema de la pesca es ejemplar en esto. Los niveles de contaminación por las fábricas de harina de pescado es muy grande y no existen sanciones reales ni control.
AB: La harina de pescado ha duplicado su precio y no se usan esos recursos para solucionar el problema de la contaminación del mar. Hay un proceso de reconversión de algunas empresas a la pesca de consumo humano, con la anchoveta, por ejemplo, que se usa para hacer anchoas enlatadas, de gran demanda. Con 4 toneladas de anchoveta se obtiene una tonelada de anchoas a cinco veces el precio que una tonelada de harina que usa la misma cantidad. Con los productos pesqueros para consumo humano se obtiene una mayor rentabilidad. Hay beneficios sociales, también, porque se ocupa mucha mano de obra y los pescadores artesanales ganan más. Hay mucho valor agregado en la industria pesquera para consumo humano, unas cinco veces más que con la harina de pescado.

Se ha depredado mucho el mar en la pesca de la anchoveta para harina. Los pescadores industriales están mirando cada vez más este asunto del consumo humano directo y esto es interesante. Las cinco millas desde la costa para los pescadores artesanales pueden, asimismo, mejorar sus ingresos con la pesca para consumo humano directo.

1 comentario:

Cristhian Gómez dijo...

Antonio Brack, responde a las interrogantes como buen politico, amparándose en las legislaciones de un estado que cuando se trata de poner orden en temas medioambientales y encarar a empresas mineras transnacionales o nacionales le tiembla la mano. Un claro ejemplo son las minas del centro del país, que poco o nada se interesan por implementar sus proyectos de adecuación ambiental, producto de esto se puede observar el estado totalmente contaminado de las minas de circundantes a los centros mineros de Yauli y Morococha, además del río Yauli, afluente del río Mantaro, que riega todos los cultivos del valle del Mantaro. Los hechos son evidentes pero el Estado en los últimos 30 años, periodo que indica el ex ministro BracK que se empezó a legislar en esta materia, no ha hecho nada por resolver esta problemática.