martes, 18 de diciembre de 2007

La realidad ambiental en La Oroya

lunes 15 de octubre de 2007


El "Blog action day", está dedicada al cuidado del medio ambiente en el mundo y nada mejor que hablar de uno de los casos mas flagrantes de delincuencia ecológica que citar lo que se vive en La Oroya desde que llegó Doe Run en 1997, y donde los bebés que nacen en la altoandina ciudad minera desde ya tienen el negro destino trazado en sus órganos vitales...
¿Qué se ha hecho hasta ahora?, desgraciadamente nada y si bien la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha pedido que se tomen urgentes medidas para atender a la población oroyina, el gobierno dirigido por Alan García aún no ha movido un dedo al respecto.
Les dejo un reportaje que hice para Terra magazine sobre el tema:

La Oroya, una ciudad peruana asolada por la contaminación
10 de junio de 2007, 16:14
Paola UgazLima, Perú

La chimenea de la empresa estadounidense Doe Run emitiendo gases ricos en plomo y azufre ha afectado el paisaje natural y cubierto de residuos químicos las montañas que rodean a la ciudad, con perjuicio en la salud de los habitantes .

En la Oroya, ciudad enclavada en los Andes centrales de Perú, la contaminación causada por el complejo metalúrgico de Doe Run ha superado todas las marcas mundiales y no sólo afecta al 99% de sus 33.000 pobladores, sino que ahora hasta los bebés nacen contaminados con plomo en la sangre. Un panorama desolador...
La Oroya ha sido declarada como una de las diez ciudades más contaminadas del mundo por el Instituto Blacksmith y está ubicada a 175 kilómetros de Lima, una distancia corta pero que requiere cinco horas de viaje en automóvil, dada la complejidad de un camino que atraviesa una accidentada cadena de montañas (en la que destaca la cima de Ticlio, ubicada a 4.818 metros de altura y donde se encuentra el cruce de trenes mas alto de la Tierra).
Apenas se llega a La Oroya se puede observar cómo la actividad minera ha afectado el paisaje natural y cubierto de residuos químicos las montañas que rodean a la ciudad, sentir de inmediato un ardor en los ojos y respirar un aire cargado, debido a la emisión continua de plomo y azufre de la empresa estadounidense Doe Run.
La ciudad tiene un aspecto muy particular: pareciera, de hecho, que acaba de sobrevivir a una guerra nuclear. Está construida alrededor del complejo metalúrgico que posee la enorme chimenea emisora de humos; de acuerdo al Consejo Nacional de Medio Ambiente (CONAM) de Perú, esa chimenea emite a diario 1.067 toneladas métricas de gases tóxicos, los que, según la dirección del viento, pueden llegar hasta la ciudad de Huancayo, ubicada a 120 kilómetros.
El complejo contaminante fue creado en 1992 por la empresa norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation, que en 1974 fue expropiada por el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, quien la entregó a la estatal Centromín Perú. Luego, en 1997, durante el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), el complejo fue vendido a Doe Run Company de Missouri, propiedad del controvertido y exitoso empresario estadounidense Ira Rennert.
Rennert dirige el imperio corporativo Renco y es una de las personas más ricas de Estados Unidos; vive en una mansión de 100.000 pies cuadrados en Long Island (Nueva York), a la que ha bautizado "Fairfield". Es considerada la casa particular mas grande del país, con 29 dormitorios, 40 baños, canchas de tenis y básquet y una sala de teatro, entre otros lujos.
El dueño de Doe Run Company admitió que quiso copiar el Palacio de Versalles con el dinero que produce anualmente su corporación, que asciende a cerca de 2.000 millones de dólares, mientras que los empleados de la filial de su empresa en Perú hacen huelgas para pedir mejores sueldos y beneficios laborales, que brillan por su ausencia.
A mediados de 1999, y gracias a la presión de los pobladores de La Oroya, se realizó un primer estudio sanitario para determinar el nivel del plomo en la sangre de los naturales de la ciudad. El estudio indicó que el 99% de los oroínos están contaminados en diversos grados con plomo, cadmio y dióxido de azufre.
Este hecho forzó al Estado a presionar a Doe Run para que cree y realice el Plan de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), con el objeto de limpiar el aire y los suelos de la zona; ese proceso está detenido desde hace diez años porque la empresa aduce problemas económicos para llevarlo a cabo. El argumento se contradice con un reporte que entregó Doe Run el año pasado, que indica ganancias de 150 millones de dólares (información de la Comisión de Seguridades e Intercambio, SEC, por sus siglas en inglés, del Gobierno Federal de Estados Unidos.
A partir de ese momento, comenzó otro drama para los pobladores de La Oroya, que viven con la amenaza constante de que la empresa norteamericana abandone la zona y que deje sin trabajo a miles de personas, porque, según argumenta, no tiene el dinero para implementar el PAMA. De acuerdo al estudio "Niveles de plomo sanguíneo en recién nacidos de La Oroya", dirigido por el doctor peruano Hugo Villa, que trabaja en el estatal Hospital de Salud de La Oroya, sobre 850 niños recién nacidos en la ciudad minera, el 75,3% tenía entre 6 y 10 gramos de plomo en cada decilitro de sangre, cifra que ya es considerada muy peligrosa (por encima de cinco gramos es altamente nocivo). El 24,7% de los recién nacidos tenían más de 10 gramos de plomo en cada decilitro de sangre.
Al respecto, el doctor Villa explicó a Terra Magazine que "la cercanía a las emisiones de plomo provoca una absorción mayor de este metal pesado (tóxico) en los organismos de las madres gestantes; a través de la placenta, el tóxico va hacia el feto y obviamente también lo contamina. El plomo entra fundamentalmente en las madres por la vía respiratoria, se absorbe y va hacia la sangre, de la sangre se distribuye hacia los huesos (aquí se almacena casi el 90 por ciento del plomo absorbido), luego al sistema nervioso, al hígado, al riñón y al corazón de los bebés", agregó.
El objetivo del trabajo, de acuerdo al médico peruano, fue comprobar que los niños "nacen con altos niveles de plomo y señalar cuán vulnerables se encuentran. Se interfiere en el desarrollo cognitivo y físico del bebé, aparte del riesgo notable de malformaciones genéticas, en el futuro mediato o inmediato".
"Está comprobado que los niños que viven en la llamada Oroya Antigua (parte del distrito de La Oroya cercado), ubicada más cerca a la fundición, presentan mayores índices de plomo en sangre que los que viven en los otros distritos", puntualizó el doctor Villa, que obtuvo el premio Kailen 2006 otorgado a la mejor investigación del año por la entidad estatal de Salud Pública de Perú.
Por su lado, el Arzobispo de Huancayo, Monseñor Pedro Barreto, le dijo a Terra Magazine que "si desde el punto de vista científico se ha probado la contaminación con plomo de bebes y niños en La Oroya, no puedo dejar de reiterar mi indignación como peruano y como Arzobispo de la Arquidiócesis de Huancayo. Este hecho nos compromete a todos, porque ya desde la gestación los niños portan en su sangre el plomo y otros elementos altamente tóxicos que se emiten ininterrumpidamente desde 1922 desde la chimenea de la fundición de metales".
La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), junto con varios pobladores de La Oroya, ya ha solicitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Costa Rica, que dicte una medida cautelar para que se detenga lo que es considerado como una violación a los derechos humanos por parte del Estado del Perú.
El asesor legar del SPDA, Carlos Chirinos, declaró a Terra Magazine "se aguarda una respuesta positiva" de la CIDH, porque en el Estado peruano "no hay voluntad política de cambiar las cosas; y lo dramático de La Oroya -sostuvo- es que se trata de un problema que se inició en 1922. Un estado que reacciona tan tarde ha dejado que la voluntad de la población esté hipotecada. Se está a merced de la voluntad de una empresa... La población está entre dos fuegos: o muere y se contamina por efectos de la actividad metalúrgica o la empresa, supuestamente, se va y deja a mucha gente sin empleo".
En La Oroya, las opiniones están divididas: los trabajadores de Doe Run y sus familiares viven en constante sobresalto ante las política de la minera. Temen perder sus empleos y se mantienen en silencio, en algunos casos, y protestan y reciben presiones -y hasta amenazas de muerte-, en otros.
Para calmar las agitadas aguas, el arzobispo Barreto impulsó un estudio de la Universidad de Saint Louis de Missouri (la segunda más antigua de Estados Unidos, con sede en la misma ciudad de la que es originaria la empresa ) en los hogares de La Oroya (Cerro de Pasco) y Concepción (Junín). Esas investigaciones confirmaron la grave situación de salud de los pobladores, especialmente de los niños.
"Los resultados ratifican las tendencias observadas en monitoreos previos que indican la presencia de niveles elevados de plomo en sangre en toda la población oroína. Y lo que es mas grave, hay niveles por sobre los 45 g/dL (gramos por decilitro de sangre) en gran parte de la población, lo que implica una situación de emergencia médica", dice el informe.
"Los resultados de cadmio, arsénico y antimonio que han sido estudiados proporcionan evidencia científica adicional que se suma al impacto negativo de la contaminación ambiental de La Oroya. En palabras de los pobladores de La Oroya, cada día es servido un "cóctel toxico" vía aire, agua, polvo y tierra", continúa el trabajo.
Barreto se ha vuelto un líder espiritual de la lucha a favor de la lucha de los ambientalistas: "He visto llorar a personas mayores que saben que tienen plomo en la sangre y no quieren que sus nietos sufran lo mismo. Por eso he trabajado en una mesa de diálogo entre la empresa, el sindicato y la sociedad civil de la región Junín". Esa entidad se ha vuelto un referente en la lucha contra la contaminación ambiental en la sierra central de Perú y ha formado el movimiento "El Mantaro revive" (el Mantaro es un río de la zona).
La idea es recuperar en unos veinte años al río Mantaro, que irriga uno de los valles mas ricos de Perú, a través de tres tareas: un monitoreo ambiental de aire, agua y suelo desde el inicio del río en el Lago Chinchaycocha en Junín, pasando por La Oroya, hasta el final del valle del Mantaro; un programa de nutrición y salud a un grupo de niños y niñas de La Oroya; y la consolidación de la organización de la Mesa de Diálogo de la Región, conformada por Mesas Provinciales y Distritales.
"Tengo la plena seguridad de que este proceso tendrá éxito en la medida en que todos aportemos para buscar el bien común. Por eso siempre afirmo que con la propuesta de la Mesa de Diálogo hemos pasado de la protesta a la propuesta, del insulto y la violencia al respeto y construcción de la paz", concluye Barreto, que ha ganado el premio ambiental "Eloy Arriba", otorgado por la Coordinadora Nacional de Radio peruana.
Un factor adicional que se suma a la contaminación en La Oroya es el fenómeno climático conocido como "la helada", que provoca el granizo que cae junto con la lluvia y condensa el dióxido de azufre y el plomo. Se respira entonces aire helado aderezado con desechos químicos, combinación letal para cualquier ser humano. Terra Magazine intentó, sin éxito, entrevistar a los funcionarios de Doe Run a través de su agencia de prensa en Lima, Llorente y Cuenca.
Quien sí aceptó hablar con Terra Magazine es el dirigente del Movimiento por la Salud de La Oroya (MOSAO) Miguel Curi, uno de los afectados por la contaminación: según los estudios de la Universidad de Saint Louis de Missouri, tiene 65 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre; y su hija Marina, de 3 años y medio, tiene 36.8 microgramos por cada decilitro.
"Vivimos en constante tensión porque somos víctimas de los ataques de los grupos a favor de la empresa y con el latente riesgo de desarrollar enfermedades mortales; por lo pronto, yo sufro de una dura tos que no se me quita con nada, con mucosidad de puntos negros. Y la cosa empeora de acuerdo al nivel de emisiones de la chimenea de Doe Run", relató Curi.
Hasta el momento, el gobierno del presidente Alan García no ha declarado ninguna acción de emergencia para acabar con el efecto nocivo de las emisiones de humo. Sólo se ha pronunciado el Ministerio de Energía y Minas, que anunció que vigilará el PAMA, que obliga a Doe Run a limpiar el aire en el 2009, situación que a juicio de los afectados y de los especialistas trae y traerá graves consecuencias sanitarias al corto y mediano plazo.

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